Un retenedor consta de dos piezas separadas:
La carcasa del electroimán es la pieza más grande del conjunto, lleva un electroimán que genera un campo magnético lo suficientemente fuerte como para mantener sujeta la contraplaca, su funcionamiento es invertido. El retenedor dispone de un botón de desbloqueo, es manual y sirve para poder cerrar la puerta cortafuego sin necesidad de activar una alarma de incendio.
Por otro lado, la contraplaca es la parte de acero atraida por el electroimán, esá fijada a un soporte para fijarlo en la hoja de la puerta.